Puede suceder que una empresa deja de existir, dejando entre sus activos distintos tipos de elementos de trabajo, entre los cuales se pueden encontrar varios vehículos.
Estos bienes son de mucha utilidad, y generalmente los socios buscan realizar una transferencia de la titularidad para poder hacerse con estos coches, y utilizarlos de forma privada, o poder venderlos, pero, ¿es esto posible?
La transferencia de un vehículo de una empresa que ya no existe es posible y requiere de ciertas tramitaciones legales, así como también tener en cuenta muchos aspectos particulares. Te lo contamos todo en este artículo.
¿Cómo transferir un vehículo de una empresa inexistente?
Se debe tener en cuenta el estado de la empresa
Sabemos que la compañía de la cual los socios buscan transferir sus activos se encuentra cerrada, pero es importante saber si esta se encuentra inactiva o liquidada para poder realizar los trámites necesarios.
Las empresas liquidadas son aquellas que han dejado de existir por completo, es decir, compañías en las que ya se ha hecho todos los trámites necesarios para quedar completamente disuelta, pero es importante saber que generalmente estos trámites suponen unos precios demasiado elevados, que muchas veces no son afrontados por sus socios, por lo que estas empresas no quedan totalmente disueltas, sino inactivas.
Una empresa inactiva es precisamente una compañía que ya no desarrolla sus actividades, pero sigue presentando sus tramitaciones legales, como Impuesto de Sociedades, declaraciones e IVA, y cuentas anuales.
Cuando una empresa se encuentra en estado de inactividad no ha dejado de existir frente a la ley, y en el caso de que así lo quieran, sus socios podrían mediante algún tipo de trámite de alta en el IAE, realizar una activación que les permita realizar la venta de cualquier vehículo que formara parte de su patrimonio.
Esto se realiza mediante los trámites pertinentes en la Jefatura Provincial de Tráfico, que permitan el cambio de la titularidad, y haciendo una emisión de la factura correspondiente, sin que se necesite un trámite de compraventa, ya que la operación no se lleva a cabo entre particulares.
Si la empresa está liquidada y disuelta, se encuentra en estado de extinción total, ya que se han realizado los trámites correspondientes en el Registro Mercantil y Hacienda, para que esta no tenga ningún tipo de actividad en el futuro, por lo que no existe la posibilidad de realizar la transferencia de ninguno de sus activos, así como tampoco se puede realizar la emisión de facturas necesarias para poder ser vendido a otras personas.
Puede suceder que en el momento en el que la empresa se disuelve, se realice la liquidación de uno o más coches con los que esta cuenta, pasando a alguno de los socios, como una acción para repartir los activos que restan después de los pagos pertinentes a la Administración y a los acreedores, así como también para cubrir alguna deuda que la misma compañía tiene con alguno de sus socios. Esto te puede asesorar más una empresa especializada en este tipo de casos.
Esto quiere decir que la forma en la que se puede realizar la transferencia de un vehículo de una empresa que está por dejar de existir, es durante el proceso de disolución, y no una vez que esta se encuentra completamente disuelta, realizando el pase necesario de la titularidad del mismo al nuevo propietario, que puede ser uno de los miembros de la sociedad, pero también un acreedor, u otro tercero.
Para que esta transferencia sea válida, se tienen que realizar todos los trámites que requiere la Jefatura Provincial de Tráfico, así como también esto debe quedar registrado en las operaciones contables de la compañía, efectuando la liquidación correspondiente del IVA, que tendrá que ver con el uso y la actividad que haya tenido este vehículo durante la vida comercial de la empresa.
No se puede transferir un vehículo de una compañía extinta
Con toda la información que hemos ofrecido anteriormente, llegamos a la conclusión de que uno o más vehículos de una empresa extinta, que ya ha realizado todos los trámites de baja necesarios para encontrarse completamente liquidada, no pueden ser transferidos, debido a que estos no existirán como bienes de la empresa, ya que esta no existe más.
Y es que no se puede realizar la transferencia de activos de una empresa, que ya no tiene nombre ni actividad.
Solo se puede realizar la transferencia de cualquier activo de una empresa en el caso de que se encuentre inactiva, pero todavía exista como tal, pagando y cumpliendo con los trámites necesarios para que esto así sea.
La transferencia de un coche cuando la empresa se encuentra en proceso de liquidación y disolución sí es posible, por lo que este es el momento adecuado para realizar la transferencia necesaria, ya sea a un socio o a otra persona que quiera comprarlo.
Para realizar la transferencia en esta instancia, es importante conocer toda la documentación requerida.
Cambio de titularidad de una empresa en proceso de disolución
Entre la documentación que se necesita para el cambio de titularidad de un vehículo en esa instancia, se encuentran la identificación del gerente o administrador de la empresa, el historial o informe del vehículo en la DGT, la Nota Simple del Registro Mercantil de la compañía, Tarjeta de la ITV, Factura de la venta del coche, Justificante de pago del Impuesto de Circulación e Impuesto de Cambio de titularidad, firmado tanto por el vendedor como por el comprador.